Redacción
A partir del mes de julio de 2023 podrán ser regularizados ‘autos chocolate’ que no cumplen con las condiciones actuales para someterse al proceso de nacionalización.
Así fue confirmado por Fidel Lugo Ayala, presidente nacional de Sirviendo a la Protección y Patrimonio Familiar, Asociación Civil (SIPPAFA), quien destacó que nuevos autos chocolate podrán ser legalizados en México.
“Asimismo, se nacionalizarán en julio algunos otros que entraron después de decreto al proceso. Faltan alrededor del 40% de los autos por nacionalizar, sabemos que es de interés del Ejecutivo Federal”, dijo el presidente de la SIPPAFA.
Esta medida podría significar que no disminuya tan considerablemente el flujo de efectivo que colecta el gobierno federal mediante el Registro público vehicular (Repuve), que ha regularizado más de millón y medio de autos extranjeros por 2 mil 500 pesos.
Hasta el momento las condiciones y requisitos solicitaban, entre otras cosas, que los coches tuvieran Número de Identificación Vehicular (VIN) que iniciara con número, a mediados de 2023 podrán someterse al trámite aquellos que inician con letra.
Como lo leíste, a partir de julio de 2023 los carros chocolate con número de serie que inician en letra podrán ser legalizados.
Carros procedentes de Corea del Sur, Japón o Alemania también podrán ser legales en las calles mexicanas.
Las marcas de vehículos como; Nissan, Toyota, Mazda, Hyundai, Volkswagen, Mitsubishi, Suzuki, y más, podrán entrar dentro de este programa de nacionalización.
Los vehículos que inician con letra en el número de serie son ensamblados fuera de México, USA o Canadá.
¿Qué es un auto chocolate?
Un auto chocolate es un vehículo que ha sido importado ilegalmente a México y que no cumple con los requisitos legales para circular en el país.
Estos suelen ser de origen extranjero, principalmente de Estados Unidos, y son introducidos a través de la frontera de manera ilegal, evadiendo el pago de impuestos y aranceles de importación.
Los autos chocolate son considerados ilegales en México porque no cumplen con las normas de seguridad y medio ambiente del país, además de que no pagan impuestos ni están registrados ante las autoridades mexicanas.
Esto los convierte en un riesgo para sus conductores y para otros usuarios de las vías, además de que su circulación contribuye a la informalidad en el mercado automotriz.
