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Fallece el histórico reportero de AP Terry Anderson, que estuvo secuestrado en Líbano durante casi 7 años

Anderson, relató su secuestro y truculento cautiverio a manos de extremistas islámicos en su exitosa autobiografía “Den of Lions” (“Guarida de leones”), que fue publicada en 1993, murió el domingo en su casa ubicada en Greenwood Lake, Nueva York, dio a conocer su hija Sulome Anderson.

Anderson falleció debido a las complicaciones de una cirugía reciente de corazón, precisó su hija.

“Terry estaba sumamente comprometido con el periodismo presencial sobre el terreno y demostró una enorme valentía y determinación, tanto en su periodismo como durante los años que permaneció cautivo. Apreciamos enormemente los sacrificios que hicieron él y su familia como resultado de su trabajo”, explicó Julie Pace, vicepresidenta sénior y directora editorial de la AP.

“Nunca le gustó que lo llamaran héroe, pero todo el mundo insistía en llamarlo así”, aseguró Sulome Anderson. “Lo vi hace una semana y mi pareja le preguntó si había algo pendiente en su lista de cosas que quisiera hacer. Respondió: ‘He vivido tanto y he hecho tanto. Estoy contento’”, añadió.

Tras regresar a Estados Unidos en 1991, Anderson llevó una vida nómada desempeñándose como orador, así como maestro de periodismo en varias universidades de renombre y, en varias ocasiones, dirigiendo un bar, un restaurante de comida cajún, un rancho de caballos y un restaurante gourmet, precisa AP.

Por otra parte, quien fuera corrsponsal de AP padeció trastorno de estrés postraumático como consecuente de su prolongado cautiverio, ganó millones de dólares en activos iraníes que fueron congelados después de que un tribunal federal setenció que ese país tuvo un papel en su secuestro. Anderson perdió casi todo ese dinero debido a malas inversiones, declarándose en bancarrota en 2009.

Después de jubilarse de la Universidad de Florida en 2015, Anderson decidió radicar en una pequeña granja de caballos en una tranquila sección rural del norte de Virginia, misma que descubrió cuando acampaba acampaba con unos amigos.

“Vivo en el campo y aquí hay un clima bastante bueno y es un lugar tranquilo y bonito, así que estoy bien”, expresó Anderson riéndose durante una entrevista que concedió a The Associated Press en 2018.

SECUESTRO

En 1985 fue una de varias personas de Occidente que fueron secuestradas por el grupo miliciano chií Hezbollah durante la guerra que sumergió en caos a Líbano.

El 16 de marzo de 1985, dque era día de descanso para él, decidió ir a jugar tenis con el exfotógrafo de la AP Don Mell, justo cuando estaba dejando a Mell en su casa hombres armados se le acercaron y lo sacaron.

Se cree que se convirtió en un blanco, dijo Anderson, debido a era una de las pocas personas de Occidente que continuaba en el país y además porque su lobar como periodista despertó sospechas entre los miembros de Hezbollah.

“Porque para ellos, las personas que van a lugares complicados y peligrosos a hacer preguntas tenían que ser espías”, comentó Anderson al diario The Review of Orange County, de Virginia, en 2018.

Tras su secuestro, lo que siguió fueron alrededor de siete años de brutalidad en los que fue golpeado, así como encadenado a un muro, además recibió amenazas de muerte, también fue encañonado en la cabeza con frecuencia y mantenido en confinamiento solitario durante largos periodos.

Por fin cuando fue liberado recibó un una bienvenida como “héroe” en la oficina central de la AP ubicada en Nueva York.

Louis D. Boccardi, quien era el presidente y director general de la AP en ese entonces, evocó el domingo que sus colegas siempre tenían presente el suplicio de Anderson.

“La palabra ‘héroe’ se utiliza mucho, pero cuando se aplica a Terry Anderson simplemente adquiere realce”, precisó Boccardi y prosiguió explicando que “su calvario de seis años y medio como rehén de terroristas fue algo tan inimaginable como real: encadenado, siendo trasladado de un escondite a otro amarrado al chasis de un camión, recibiendo comida frecuentemente incomible, aislado del mundo del que informaba con tal capacidad y dedicación”.

CORRESPONSAL EN MEDIO ORIENTE

Como corresponsal principal de la AP para Medio Oriente, Anderson dio informes durante años en relación con el aumento de la violencia que imperaba en Líbano en momentos en que el país libraba una guerra contra Israel, e Irán que fue financiaba a grupos insurgentes que buscaban derrocar al gobierno.

PRIMEROS AÑOS

Terry Alan Anderson nació el 27 de octubre de 1947. vivió sus primeros años de su infancia en Vermilion, Ohio, que es un pequeño poblado junto al lago Erie en el que su padre era agente de la policía.

Tras graduarse de la escuela secundaria, rechazó una beca para la Universidad de Michigan y decidió enrolarse en la Infantería de Marina, en donde alcanzó el rango de sargento y tuvo participación en combates en la guerra de Vietnam.

Cuando regreso a casa tomó la decisión de inscribió en la Universidad Estatal de Iowa, de la que se graduó en periodismo y ciencias políticas. Al poco tiempo después entró a trabajar a la AP. Fue corresponsal en Kentucky, Japón y Sudáfrica antes de llegar a Líbano en 1982, precisamente en un momento en que el país estaba en medio del caos.

Anderson se casó y se divorció en tres ocasiones. Además de su hija, le sobreviven otra hija, Gabrielle Anderson, de su primer matrimonio; su hermana Judy Anderson, y su hermano Jack Anderson.

Los arreglos funerarios están pendientes, aseguró Sulome Anderson.

Con Información de la Agencia The Associated Press.

Written by Redacción

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