La sociedad ucraniana afronta la necesidad de integrar a miles de combatientes gravemente heridos y, a su vez, de recibir aportaciones como la de la fotógrafa Marta Syrko, que trata de subrayar la belleza de los soldados pese a sus miembros amputados o sus quemaduras masivas.
Fue el año pasado, en el Museo del Louvre parisino, cuando Syrko tuvo por primera vez la idea de crear una serie de retratos corporales de soldados ucranianos heridos.
“Me impresionaron las esculturas clásicas, que siguen teniendo un valor incalculable a pesar de que les falten miembros u otras partes del cuerpo”, explica a EFE en su estudio de una antigua planta industrial de Leópolis.
La fotógrafa, de 28 años, consideró que merecía destacarse el valor persistente de esos soldados, acreedores de un enorme respeto, pese a las heridas que les cambiaron la vida.