Redacción
Después del asesinato de dos informantes confidenciales de la Administración para el Control de Drogas (DEA) a manos de asesinos que trabajan para el grupo delictivo ‘Los Chapitos’, expuestos por el senador republicano Chuck Grassley, más denuncias al rededor de quienes trabajan en cubierto.
De acuerdo a medios, en la última década, al menos siete agentes en cubierto continuaron cometiendo crímenes como tráfico de drogas, sobornos, realizaron ejecuciones y actos de corrupción, sin importar que las agencias de Estados Unidos continuaran enviando dinero y concesiones.
Uno de los nombres que destaca es el de Guillermo Eduardo Ramírez Peyro, acusado de ejecutar asesinatos mientras trabajaba como informante del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) estadunidense en Ciudad Juárez, Chihuahua. Su caso fue utilizado para demostrar que los informantes llegan a operar sin controles, pero bajo la protección del Gobierno de los Estados Unidos.
Grassley cuestionó las investigaciones unilaterales realizadas por la DEA, así como la protección que reciben los elementos por parte de la Fiscalía Federal cuando se encuentran trabajando en territorio mexicano. Todo esto fue presentado en la misiva enviada a Luisa Oudens Monaco, Fiscal General Adjunta de los Estados Unidos, el 21 de agosto del presente año.
La Oficina del Inspector General (OIG) del Departamento del Tesoro, también ha criticado el uso de los informantes; la oficina detectó que un solo informante estuvo en nómina por 30 años, recibiendo 30 millones de dólares por su información. Destaca la OIG que los motivos para delinquir pueden ser ganancias financieras, evitar castigos y cometer venganza.
GUILLERMO RAMÍREZ TRABAJÓ PARA MÉXICO, EL NARCO Y ESTADOS UNIDOS
Guillermo Eduardo Ramírez Peyro, es un ex policía de la dependencia Caminos y Puentes Federales (Capufe) en México, de la Secretaría de Comunicaciones. En 1995 Ramírez decidió unirse con el crimen organizado, supervisando y distribuyendo cocaína para el Cártel de Juárez, sin dejar su trabajo como elemento de la Capufe.
Tiempo después, Guillermo extrajo información del Cártel para entregarla al gobierno de los Estados Unidos. Durante su colaboración con el país vecino, se logró la captura de 50 personas, entre ellas Heriberto Santillán, un lugarteniente de alto nivel del Cártel de Juárez.
Mientras Ramírez trabajaba con Santillán comenzó a cometer asesinatos, ya que Santillán le ordenaba participar en el asesinato de sus ‘enemigos’, a los cuales enterraba en un terreno al que se le conoció como ‘La Casa de los Entierros’ o ‘La Casa de los Muertos’, donde se encontraron al rededor de 20 cuerpos.
El gobierno de Estados Unidos le pagó a Ramírez 220 mil dólares. EU lo mantuvo como testigo protegido, para luego desaparecer. En 2020 fue acusado por poseer y vender cocaína; fue un informante confidencial del FBI, quien se encargó de enviar a prisión al mexicano, teniendo como pruebas grabaciones de audio y video.
