Las nuevas políticas instauradas por el Gobierno de Joe Biden en la frontera sur de Estados Unidos han reducido el número de arrestos y forzado a ciertos de migrantes a esperar en el lado mexicano, creando un “cuello de botella” que, a ojos de expertos, no es sostenible.
Un mes después del 11 de mayo, cuando se dio fin al polémico Título 42, una norma que permitía las devoluciones en caliente en la frontera, el Gobierno de Biden señala como un logro la reducción en la cantidad de personas que son arrestadas cruzando la frontera de manera irregular.
Y es que las detenciones tuvieron una caída significativa: entre el 12 de mayo y el 2 de junio, las autoridades reportaron un promedio de 3 mil 700 arrestos en la frontera sur, en comparación con las aproximadamente 7 mil detenciones al día que se vieron en el mes de mayo, según datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).