El efecto XG

Por: Rafael G. Vargas Pasaye

Así como para el periodismo señala Ryszard Kapuściński “Los cínicos no sirven para este oficio”, en lo que respecta el tema electoral Antoni Gutiérrez-Rubí afirma que “Los tristes no ganan elecciones. (Ni lideran, ni seducen, ni convencen)”.

Con la cuenta regresiva cada vez más acelerada, la contienda por la presidencia de México en 2024 parece que tuvo un emocionante episodio en su proceso, y no fue al interior del partido gobernante, el del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Movimiento de Regeneración Nacional, donde como señala el académico Rolando Cordera en La Jornada (su medio oficial): “Hasta hoy, aparte de malos chistes y ocurrencias, tenemos el desgaste evidente de los aspirantes y su respeto casi religioso a la prohibición original de debatir entre ellos, proponer políticas y estrategias; lo suyo es mantener el sigilo y poner espectaculares en la vía pública”.

En cambio enfrente apareció alguien que ya estaba en el referente pero que no había tenido las coincidencias que hoy la catapultaron a la escena nacional de golpe y porrazo, me refiero claro a Xóchitl Gálvez, quien ha acaparado reflectores y ganado terreno sobre todo en una arena que parecía exclusiva de las llamadas “corcholatas”, las redes sociales.

El columnista Salvador García Soto (“Cómo se construyó la candidatura de Xóchitl” de la semana pasada en El Universal), señalaba que se realizó investigación cualitativa y cuantitativa en todo el país de parte de la alianza y sus patrocinadores, y la grata sorpresa era precisamente Xóchitl Gálvez.

Sin embargo tal vez sorprenda a quienes no la conocen, o a quienes apenas la descrubrieron y no ubican a la entonces candidata al gobierno de Hidalgo por el Partido Acción Nacional, con su gran campaña “XG”, creativa, generadora de simpatías, confrontadora con el entonces todo poderoso Partido Revolucionario Institucional. Muchos dijeron incluso que el resultado fue manipulado y que ella debió ganar esa gubernatura, en donde por cierto el candidato del Partido de la Revolución Democrática era el periodista Miguel Ángel Granados Chapa.

En una conferencia impartida en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, invitada por la maestra Gisela Rubach, la misma XG compartió esa valiente experiencia, pues hablar de las campañas ganadas lo hace cualquiera, pero compartir una experiencia con una derrota a cuestas se requiere valor y eso sin duda lo tiene ella. Además recuerdo en esa conferencia que la ponente dijo que el presidente Vicente Fox la buscó, primero a través de los famosos Head Hunters para hacer un gabinete de primer nivel, y que le ofrecieron ser la titular de la entonces Secretaría de Desarrollo Social, pero ella no aceptó diciendo que no se sentía capacitada para tal labor, y fue entonces que le ofrecieron y aceptó la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas.

Como bien dijo ayer en su texto Luis Rubén Maldonado, ella emociona porque “más allá de echarse unos rollos típicos de los políticos, entiende que la sociedad está cansada de esos rollos incomprensibles. Xóchitl es clara, sencilla y concisa. Habla para todos y no para unos cuantos. Y, lo más importante, explica muy bien por qué quiere ser la primera presidenta de México”.

Sumaría al de Chihuahua que se diferencia XG de quienes generan otro tipo de emociones pues es claro que todos las generamos, pero por ejemplo cuáles provoca Claudia Sheinbaum, o Adán Augusto, o Ebrard, o Monreal. Porque como dice la ya citada maestra Rubach: “Las elecciones se ganan con votos”, y hoy en día muchos y muchas están más distraídos y distraídas en likes, encuestas, espectaculares, novias-esposas, y otros escándalos similares, dejando de lado lo verdaderamente importante que es construir la plataforma en la que se sostendrá la siguiente figura que encabece a México.

@rvargaspasaye