Redacción
Por Luis Guillermo Hernández Aranda
Navegando en internet me quedé paralizado con este dato: cada día nacen 15 mexicanos con parálisis cerebral. Este es un dato duro, pero también revelador, ya que nos obliga a pensar que estamos haciendo como sociedad para brindarles mejores oportunidades de vida a las personas con discapacidad.
El estudio realizado por el Instituto Nuevo Amanecer de Monterrey afirma que: “La epidemiología de la parálisis no se ha estudiado adecuadamente en México ni en algunos otros países latinoamericanos. La mayor parte de la información se basa en proyecciones estadísticas de encuestas nacionales generales, que se centran mal en la discapacidad, el diagnóstico, las clasificaciones y los sistemas de evaluación pediátricos”.
Mi hijo Guicho pertenece a esas estadísticas, él tiene parálisis cerebral y la incidencia de esta discapacidad cada vez es mayor en México. En este escenario me pregunto: ¿son suficientes 6 cajones en el centro comercial para que se estacionen las personas que tienen un integrante con discapacidad?, sobre todo cuando de esos lugares seguramente cuatro serán ocupados por personas sin ningún problema pero que no les gusta estacionarse lejos de la puerta y por ende caminar un poco más.
En el papel se dice que todos los niños con discapacidad tendrán acceso a la educación, lo cual es letra muerta porque quienes somos papás de un niño especial conocemos el rosario de negativas que nos dan las escuelas para no dar el servicio a nuestros hijos. Incluso instituciones con filosofía Montessori lo que sin duda va en contra del espíritu ideado por la educadora y médica italiana Maria.
De ahí la necesidad de recurrir a instituciones especiales que muchas veces son costosas. Entonces vuelvo a la pregunta de origen ¿qué están haciendo nuestros gobernantes para diseñar políticas públicas que ayuden a las personas con discapacidad? Carecemos de herramientas para mejorar su calidad de vida, y es que no todo se limita a un apoyo bimestral del gobierno federal de 2 mil 950 pesos.
El Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) afirma que el costo de tener y criar un hijo con parálisis cerebral (PC) es 10 veces mayor al de un niño sin discapacidad, una cifra que se debe multiplicar por 26 veces si además de PC la persona tiene discapacidad intelectual.
Hay un amplio sector de la población en México que tiene una discapacidad, la más común en los niños es la parálisis cerebral, sin embargo, ellos no son vistos por las autoridades y México tiene un retraso preocupante en el diseño de políticas públicas que mejoren su calidad de vida aunado al egoísmo de un amplio sector de la sociedad que no siente empatía por ellos.
@lharanda
